Realmente, los seres humanos somos los arquitectos de nuestro propio destino, ya que lo construimos conforme va pasando nuestra existencia. En todo ser humano existe el libre albedrío de escoger entre dos formas de vivir la vida:
La Vida Horizontal. Va de izquierda a derecha. Se trata de una vida mecánica, en la que se encuentran las cosas vanas de la existencia, alegrías, penas, ilusiones, desilusiones, gustos, disgustos, etc.
Este tipo de vida no lleva a nada trascendental, pues basa su existencia exclusivamente en los procesos del nacer, reproducirse y morir.
La Vida Vertical. Va de abajo hacia arriba. Se consigue viviendo la vida ordinaria concientemente, pues busca la Realización Espiritual de la persona, así como cambiar el destino kármico en el cual el ser humano se halla inmerso.
Esta forma de concebir y vivir la existencia, permite ascender en el nivel espiritual y conquistar grados esotéricos de sabiduría.